sábado, 20 de mayo de 2023

Bosquejo 1º Pedro 1:13-16

 





1º Pedro 1:13-16

 

Sección I

 

13. Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; (RV1960)

 

13. Por tanto, ceñid vuestro entendimiento para la acción; sed sobrios en espíritu, poned vuestra esperanza completamente en la gracia que se os traerá en la revelación de Jesucristo. (LBLA)

 

Exhortaciones:

 

Ceñid los lomos de vuestro entendimiento: lit: apretar un cinturón, amarrar una cuerda. Metafóricamente: hacer un esfuerzo consciente en disciplinar pensamientos (Rm 12:2), vivir e interpretar la existencia según prioridades bíblicas (Mt 6:33), despegarse de estorbos pecaminosos del mundo (He 12:1). 

 

La lectura y meditación constante y disciplinada en la Palabra de Dios construye una estructura mental de pensamientos, opiniones, juicios, todos de acuerdo a la mente de Dios. Pensar bíblicamente es pensar de acuerdo a la voluntad de Dios. Importancia de poseer claridad teológica para analizar los distintos eventos de la existencia, ya sean cotidianos como temas de sociedad (Salmo 1:2).

 

Sed sobrios. No perder control de la mente y la acción (Ef 5:18, Col 3:16). Contrapone la embriaguez, disolución, negligencia o irresponsabilidad por beber vino en exceso, a la sobriedad del hombre espiritual. No perder la autoridad espiritual al absorber el sistema pecaminoso del mundo.

 

Esperad en la gracia. De principio a fin la obra de salvación es por gracia, o sea, inmerecida para nosotros, por medio de la fe. La elección, la redención y la santificación (1º Pe 1:2) las recibimos sin merecerlas (y sin ser capaces de hacer nada potencialmente para merecerlas) y la culminación de todo también será un regalo de gracia que debemos anhelar. Esperanza en el regreso del Señor (1º Juan 3:2, 2º Tim 4:8).

 

 

Sección II

 

14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 

 

Hijos obedientes, condición opuesta a los hijos de desobediencia (Ef 2:2). 

 

El hijo de desobediencia pasa a ser un hijo obediente a través del nuevo nacimiento (1º Pe 1:3), obra sobrenatural realizada por Dios en el corazón del hombre elegido antes de la fundación del mundo (Ef 1:4). Dios pone su Espíritu en el hombre, haciéndolo partícipe de la naturaleza divina (2 Pe 1:4), lo habilita y mandata a crecer en santificación (1º Ts 4:7). Nuevo nacimiento, regeneración, renacimiento, conversión: es una obra objetiva de Dios, el hombre la recibe desde el exterior, desde Dios (2º Co 5:17). No nos hacemos renacer a nosotros mismos.

 

Conformarnos a los deseos que teníamos estando en nuestra ignorancia. La misma palabra de Romanos 12:2 "No os conforméis a este siglo...".

 

Deseos que teníamos siendo ignorantes de Dios: "en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás" (Ef 2:2-3; Juan 3:36).

 

"Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros." (Tit 3:3)

 

 

Sección III

 

15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

 

Cita del AT.

 

"1 Habló Jehová a Moisés, diciendo:

2 Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios. 3 Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis días de reposo guardaréis. Yo Jehová vuestro Dios. 4 No os volveréis a los ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición. Yo Jehová vuestro Dios." (Lv 19:1-4)

 

"Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios" (Lv 20:7). 

 

El mandato viene desde el mismo Dios, por eso se repite tanto la expresión de autoría o firma en Levítico 19: "yo soy el Señor vuestro Dios" o "yo soy el Señor".


Dios demanda santidad porque Él es el santo. Dios es santo en 2 sentidos: 

 

1. "Dios es inherentemente y absolutamente grande, distinto a todas sus criaturas en majestad infinita, de un modo trascendental"

 

2. "Es apartado del pecado, y es moral y éticamente perfecto, aborrece el pecado y exige pureza en sus criaturas morales"

 

La demanda de Dios para su pueblo es ser santo en el segundo sentido. Imitando a Dios. Claramente no podemos serlo en el primero.

 

La santidad se manifiesta en obedecer las Escrituras en la vida cotidiana, en lo público, en lo privado, en la mente, habla y acción. Nuevo nacimiento, obra objetiva de Dios, no fe simulada. 

 

Exhortaciones contra la fe o amor simulados:

 

1. "Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida," (1º Tim 1:5)

  

2. "Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;" (1º Pe 1:22)

  

3. "El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno" (Rm 12:9)

 

La santidad comienza en el hogar, en lo privado: "que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)" (1º Tim 3:4-5). Integridad (concepto neutro): equivalencia entre conducta privada y pública. 

 

No puede haber un área de obediencia y otra de desobediencia. "... sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir..." (v.15)

 

Como Dios es santo (atributo de Dios, teología), debemos vivir santamente (vida práctica). El impacto del estudio de Dios en la vida práctica.

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