martes, 31 de enero de 2023

El trigo y la cizaña

 


Parábola del trigo y la cizaña

 

Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

 

Mateo 13:24-30


Las parábolas

 

Una parábola es un género literario donde prima lo simbólico, lo figurativo. La parábola puede ser inventada o real, pero lo distintivo es que tiene por finalidad dar una lección. Rob Haskell señala algo muy relevante respecto de la interpretación de una parábola: "Es especialmente importante entender que cada detalle (de la parábola) no tiene necesariamente un significado espiritual, sino que ayuda a establecer el escenario de la parábola". (1) De esta manera, para comprender el significado y lección de una parábola no es necesario siempre desmenuzar sus componentes y asignarle una equivalencia, sino que basta considerar los aspectos principales de ésta. 

 

No obstante esta declaración de Haskell, justamente la parábola del trigo y de la cizaña es del tipo cuya interpretación se asemeja más a una alegoría, en el sentido de que casi todos los elementos tienen una equivalencia específica, en este caso, con la realidad escatológica. 

 

Anatomía de la parábola del trigo y la cizaña

 

Podemos distinguir tres temas principales en esta parábola: la asimilación del reino de los cielos a un hombre que siembra buena semilla en su campo (v. 24), la constatación que ese campo incluye tanto el producto de la buena semilla -el trigo- como el producto de la mala semilla -la cizaña-, las cuales no se pueden separar durante su proceso de crecimiento pues se pone en peligro la integridad del trigo (v. 25-29). Finalmente, el narrador de la parábola ordenará a los segadores en el tiempo de la siega separar la cizaña del trigo. La cizaña será quemada, mientras el trigo será recogido en el granero (v. 30).

 

En los siguientes versículos el mismo Señor Jesucristo nos entrega las claves para el entendimiento de esta parábola:

 

-      El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre (v. 37)

-      El campo es el mundo (v. 38)

-      La buena semilla son los hijos del reino (v. 38)

-      La cizaña son los hijos del malo (v. 38)

-      El enemigo que la sembró es el diablo (v. 39)

-      La siega es el fin del siglo (v. 39)

-      Los segadores son los ángeles (v. 39)

-      Fin de este sigo: se arrancará la cizaña y se quemará en el fuego (v. 40)

-      Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles (v. 41)

-      Recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes (v. 41-42)

-      Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre (v. 43)

 

La explicación del Señor hace clara la lectura de la parábola. Cabe mencionar que no siempre se presentan las parábolas explicadas. 

 

Esta parábola de carácter agrícola, muy propia de aquel tiempo, contrasta drásticamente con la predominante vida urbana de hoy. En la época de Cristo el trigo ya era un cultivo importante y familiar para cualquier oyente. Las figuras del campo, la semilla, el trigo, la cizaña, la siega, nos comunican un estilo de vida relativamente lejano para el hombre actual. Sin embargo, a pesar de la temática agrícola que trata la parábola, es perfectamente comprensible en nuestro tiempo.

 

En resumidas cuentas, en el campo -el mundo- el Señor siembra la semilla del evangelio, los que creen y se arrepienten corresponden a los hijos del reino, los productos de la buena semilla, los que conforman la congregación de los salvos, la iglesia. Por otro lado, el enemigo también siembra, pero lo hace mediante un mensaje falsificado, el cual genera falsos creyentes o hijos del malo -la cizaña-. Estos individuos se entrometen en la congregación de los salvos, y como se entrelazan a los hijos del reino, no es posible sustraerlos sin dañar a los auténticos hijos de Dios. El juicio del final de los tiempos hará la distinción definitiva, salvando a los hijos del reino y entregando a los inicuos al fuego eterno. 

 

Algunos elementos subyacentes de interés en la parábola 

 

a) Ambas plantas (el trigo y la cizaña) son prácticamente idénticas según las clasificaciones taxonómicas. Y aunque son especies diferentes, tanto el trigo y la cizaña son parte de la misma familia de clasificación. Tanto su tallo herbáceo y poco ramificado como sus hojas son tan semejantes que uno de los nombres comunes para la cizaña es “falso trigo” (2).

 

b) Aunque crecen juntas, la cizaña nunca se convertirá en trigo. Ni el trigo se convertirá nunca en cizaña. Esa transformación nunca sucederá sólo por proximidad física.

 

c) La cizaña utilizará los nutrientes y el agua que podría haber aprovechado el trigo. Esto es una constatación física.

 

d) El grano de la cizaña posee una toxicidad provocada en los estados iniciales de formación del grano, debido a hongos que los colonizan, produciendo unos alcaloides conocidos como micotoxinas. En otras palabras, el fruto de la cizaña es altamente peligroso (3).

 

e) La separación entre trigo y cizaña será una obra de Dios, empleando a sus ángeles en la ejecución. Nadie en la era actual está ni mandatado ni en condiciones de establecer quién es trigo ni quién es cizaña.

 

Esta parábola es una síntesis brillante de la historia de la iglesia cristiana. El reino de los cielos proviene de la buena semilla plantada en el campo, pero el diablo ha instalado sus jugadores en el mismo lugar. Esta ilustración permite comprender la centralidad de las advertencias apostólicas sobre la existencia y operación de falsos maestros, los cuales siembran un falso evangelio, el que tiene por resultado la multiplicación de falsos creyentes, los que necesitan de falsa doctrina para alimentarse. El mayor ataque del enemigo a la Iglesia de Cristo se lleva a cabo al interior de las congregaciones, donde conviven tanto el trigo como la cizaña.



[1] Rob Haskell, Hermenéutica: Interpretación eficaz hoy, Editorial CLIE, USA, 2009. Pág. 226

[2] https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/la-ciencia-de-la-parabola-del-trigo-y-la-cizana/

[3] Ibid.

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