domingo, 28 de junio de 2020

¿Izquierda o Derecha?


¿Izquierda o Derecha?

 

Que la derecha es cristiana, que la izquierda es atea. Que la izquierda lucha por la justicia social, que la derecha sólo concentra la riqueza. Unos dicen que Cristo tuvo una opción preferente por los pobres, otros refutan diciendo que son pobres de espíritu. No son pocas las controversias que se dan entre cristianos por política y tampoco son fáciles las respuestas. 

 

Creo que la pregunta de base es si la Palabra de Dios inclina o no la balanza hacia alguna vereda. 

 

Algo de Filosofía Política

 

Permítaseme traer a colación a dos grandes de la filosofía política moderna, Thomas Hobbes y J.J. Rousseau. Ambos han gestado una discusión épica acerca de la naturaleza humana y el rol del Estado, tanto la izquierda como la derecha han tomado partido por uno en desmedro del otro. Vamos a hacer un pequeño resumen; Hobbes defendió la idea que el hombre es intrínsecamente malo y violento en su “estado salvaje”, por lo que necesita del Estado -el Leviatán- para dominar sus instintos y regular la convivencia. Por el contrario, Rousseau veía a la humanidad como una especie bondadosa y pacífica en su “estado de naturaleza”, para él era la civilización la que corrompía a la humanidad incentivando toda clase de antivalores.

 

Hobbes es preferido por la derecha, Rousseau por la izquierda. Mientras la primera pone énfasis en la ley y el orden, la segunda concibe al ser humano como constreñido por estructuras de dominación que le impiden desarrollar toda su potencialidad. Ambos relatos parecen tener asidero en la realidad, pero ¿quién está en lo correcto?

 

Romanos 3:10-18

 

Sigamos preguntándonos, ¿el ser humano incivilizado era bondadoso o salvaje? La respuesta está en la “condición pecaminosa del hombre”, una de las doctrinas más consensuadas a lo largo de la historia del cristianismo, con abundantes pasajes bíblicos de respaldo. La teología reformada llama a esta doctrina la “depravación total del hombre”. Nótese que es una depravación en sentido moral. De esta manera, podemos inferir que cualquiera sea la situación social o comunitaria en que viva el hombre, siempre reproducirá prácticas pecaminosas. El teórico estado pre civilizatorio era salvaje, por causa del pecado, “…la tierra estaba llena de violencia” (Gn 6:11b). Punto para Hobbes.

 

El problema de la izquierda

 

Si creemos que la Escritura es veraz e inerrante y entendemos el punto de Rousseau, concluiremos que la premisa de la bondad intrínseca del ser humano es el error inicial de la izquierda, o al menos de los socialismos reales. Todos ellos han fracasado estrepitosamente. El trabajo centralmente planificado sin incentivos individuales no dio el resultado esperado, la corrupción de las estructuras, el afán de poder ilimitado por parte de los liderazgos y las acciones de crueldad brutal contra los que se han puesto en resistencia han tenido como resultado millones de muertos. Contrariamente, el pensamiento conservador ha sido más lúcido en comprender la condición humana y se ha salvaguardado regulando jurídicamente las distintas áreas de conflicto social. 

 

¿La derecha tiene razón? Los valores del capitalismo

 

Las sociedades con economías capitalistas han sido más exitosas que las centralmente planificadas, nadie podría discutir aquello con base en la evidencia. Los Estados modernos con más desarrollo económico y social son los que han combinado democracia política y capitalismo financiero. Sin embargo, el capitalismo no surge de la nada, sino que requiere de una base social con un “espíritu especial”. Max Weber caracterizó ese “espiritu” más o menos así: vida estructurada, orientación al trabajo, altos niveles de avaricia, codicia, egoísmo, deseo ilimitado de acumulación, búsqueda del reconocimiento social, individualismo y poca solidaridad. Estos serían los ingredientes de base para catalizar el capitalismo moderno. De hecho, sociedades orientales con otros valores culturales no lograron tal desarrollo económico.

 

De esta forma, nos encontramos ante la paradoja que el desarrollo económico sin precedentes que ha experimentado occidente está sustentado en valores que la Palabra de Dios reprueba. Está claro que los valores del capitalismo voraz nada tienen que ver con la mente del hombre regenerado. A Maquiavelo se le atribuye la frase “el fín justifica los medios”, pero desde un punto de vista biblico esa frase no es aceptable. Se ha conseguido el fín, el bienestar, pero los medios utilizados están reñidos con la moral cristiana.

 

Desde mi punto de vista, la respuesta a la interrogante quedará siempre vacía, la Palabra de Dios no sustenta los proyectos de derecha ni los de izquierda. Sea cual sea la premisa filosófica de base, el ser humano siempre construirá una civilización en abierta oposición y enemistad con Dios.  

 

viernes, 26 de junio de 2020

La predicación que no puede apuntar a Cristo


“…lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual” 1º Corintios 2:13

 

El problema

 

Muchas veces tuve la desdicha de oir cosas del tipo: 

 

“¡No dejes que ese Goliat venza en tu vida, saca fuerza interior y conviértete en un David triunfador!” 

“Elías estuvo deprimido y asustado por las amenazas de Jezabeel; tú no te dejes amedrentar por ese mal jefe o por las deudas que debes pagar”. 

 

Estas frases siempre provocaron rechazo en mi cabeza, se encendía la alerta que algo no andaba bien. En honor a la verdad, no sabía qué es lo que no andaba bien. Algo no cuadraba, pero era complicado explicarlo.

 

De hecho, es complejo construir el argumento para afirmar que este tipo de predicación no viene de Dios, después de todo se trata de sermones que utilizan la Biblia, que tratan sobre algún problema humano y que con “la mejor intención del mundo” buscan remediar. Además, las moralejas suelen ser coherentes con la moral cristiana. Sin embargo, algo me decía que esto no era de Dios.

 

Este tema cobra especial relevancia si lo enfocamos bajo un prisma sociológico. ¿Cuántas iglesias evangélicas predican sermones de este tipo? ¿qué proporción del total de personas que a si mismas se llaman cristianas oyen sólo esto? Este tipo de predicación ha tenido una gran influencia en la iglesia evangélica contemporánea. Como soy hombre de estadísticas, inferiré que más del 70% de los evangélicos debe sufrir este tipo de predicación. No creo equivocarme al decir que en la actualidad la mayor parte de la iglesia evangélica oye sermones con los ingredientes antes descritos.

 

El argumento

 

Primero, la Palabra de Dios trata sobre verdades espirituales aplicadas a un hombre regenerado, sólo el que ha nacido de nuevo puede vivir y comprender esa vida espiritual. Además, la Palabra de Dios exhorta con recurrencia a poner la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra (Col 3:2), ya que nuestra ciudadanía es celestial (Fil 3:20), no amamos al mundo ni las “cosas” que están en este mundo (1ª Jn 2:15). La sana doctrina requiere que fijemos nuestra mirada en lo espiritual: el Señor Jesucristo, su obra expiatoria, su resurección, el mensaje del Evangelio, la esperanza de su segunda venida, crecer en santidad (Ti 2:11-14). Desde esta perspectiva podemos decir que las temáticas espirituales son el “horizonte de sentido” de la Palabra de Dios, no lo material. Ahora bien, ¿qué sucede con esto último? El Señor dice que los recursos que necesitamos para la vida material “serán añadidos”, pues valemos más que las aves del cielo que Dios alimenta (Mt 6:25-26). A diferencia de lo que sucede con las múltiples variantes de la teología de la prosperidad, la Palabra de Dios no enfatiza en las condiciones materiales de existencia, sino que le asigna un lugar secundario (sino terciario). El cristiano responsable debe confiar en que el sustento viene de Dios, mientras su mirada esta puesta en el cielo, tal como los apóstoles miraban al Señor en su ascención (Hch 1:11).

 

Ahí está el meollo del asunto. Los temas espirituales solo pueden ser discernidos por un hombre en el cual mora el Espiritu Santo, o sea, un cristiano genuino (1ª Cor 2:14). Para la audiencia no cristiana los temas espirituales son una pérdida de tiempo, una locura en el mal sentido, una tontera. De hecho la palabra “tontera” sería una traducción más exacta de la palabra griega traducida por “locura” en 1º de Corintios 1:18. Para el hombre natural (que está fuera y dentro del templo) lo espiritual no tiene sentido.

 

Como consecuencia, cuando la audiencia no tiene el Espíritu Santo morando en si, se usa mal la Palabra de verdad (2ª Tim 2:15). La exégesis es pobre, y la idea abstraída se orienta sólo a la vida cotidiana: al trabajo, a los negocios, a las presiones laborales, a cumplir con las deudas, a los problemas de salud, a las relaciones familiares; en definitiva, cualquier tema comprensible por un hombre natural. 

 

La conclusión

 

Así como existe un hombre natural y un hombre espiritual, también hay una exhortación seudobíblica con aplicación terrenal y una exhortación bíblica con aplicación espiritual, la que requiere de una audiencia con la capacidad de “discernir espiritualmente”. Si volvemos al ejemplo inicial, la depresión de Elías por la amenaza de Jezabeel no es una alegoría de la angustia de tener un mal jefe o cuentas sin pagar. La enseñanza de la historia de Elías se aplica a nuestra vida espiritual, la cual se debe relacionar a Cristo, al Evangelio y a los padecimientos que éste conlleva. Estos nos pueden llevar a sentir angustia, quizá depresión alguna vez, pero debemos saber que Dios estará presto a socorrernos. Cuando la audiencia tiene la posibilidad de discernir lo espiritual, lo espiritual se aplica a lo espiritual.

jueves, 25 de junio de 2020

Filipenses 2:19-21


Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado; pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros. Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.

 

Filipenses 2:19-21

 

Después de haber apelado al Cesar y de su posterior travesía por el Mediterráneo, Pablo estaba en reclusión domiciliaria en Roma a la espera de ser recibido por Nerón. En este contexto escribía la carta a los Filipenses, iglesia que había fundado en su segundo viaje misionero. En su día a día Pablo recibía visitas tanto de judíos como de cristianos y les predicaba el Evangelio.

 

El apóstol planeaba enviar a Timoteo a Filipo para apoyar esa congregación. Timoteo mostraba un sincero amor por los hermanos, lo cual es expresión de alguien que realmente ama a Dios (1ª Jn 2:9). El Señor realza en varios pasajes del NT la sinceridad del amor y de la fe, exhorta a que sean sin fingimiento. En Mateo 23 el Señor Jesucristo es muy severo con los Fariseos, y entre las principales acusaciones destaca la hipocresía.

 

Al parecer sólo Timoteo era apto para ser enviado, ya que compartía el sentir de Pablo y tenía un interés sincero por los hermanos. Se infiere que los demás no eran del todo sinceros en su amor y preocupación por los hermanos, el texto agrega que buscaban lo “suyo propio”, algo así como “satisfacer sus propios intereses” (LBLA). Para ellos la persona de Cristo sólo era un “medio” para resolver problemas más concretos, tenían una relación funcional con Dios. Buscaban a Cristo no por el valor que él tiene en si mismo, sino por los beneficios que su poder podría otorgar.

 

Volvamos al siglo XXI, la pregunta queda instalada. ¿El Señor Jesucristo es la finalidad de tu vida o es sólo un “medio” para conseguir salud, felicidad, un matrimonio saludable o un ascenso laboral? ¿asistes a una iglesia para que Dios responda tus peticiones o estás en la iglesia para glorificar a Cristo no importando la adversidad? 

 

El cristiano genuino es el que logra hallar plena satisfacción en el Señor y no requiere nada fuera de él, es el que puede afirmar junto a Pablo: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Fil 1:21)

Sométase toda persona a las autoridades superiores...


Romanos 13:1-2

 

"Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos."

 

Sin duda que es un pasaje controversial en las Escrituras, en particular para las personas que provienen de contextos politizados. Es usual en las iglesias oir el rechazo visceral de algunos hermanos ante el mandato de someterse a la autoridad, en especial cuando se milita en la “vereda opuesta”. 

 

¿Cómo enfrentar esta situación? En primer lugar, el creyente debe tener claro que antes que cualquier posición sociopolítica o cultural, está la obediencia a la Palabra de Dios. La instrucción bíblica debe tener una prerrogativa sobre las preferencias personales o familiares. 

 

En segundo lugar, hay que entender correctamente el sentido de estos versículos. La Palabra de Dios de ninguna manera exige del creyente profesar culto al líder, ni tampoco compartir necesariamente el proyecto de sociedad de la autoridad de turno. Lo que la Biblia exige del cristiano es respeto y reconocimiento hacia la autoridad; es posible el disenso e incluso la crítica, pero ambas deben ser expresadas en un marco de respeto a la institucionalidad vigente. 

 

En definitiva, el sometimiento a la autoridad es una exhortación del apóstol Pablo al respeto y obediencia a la estructura política del Imperio Romano, instrucción que actualizada al año 2020 -como diría un abogado- equivaldría al debido respeto al Estado de Derecho, a la Constitución, a las leyes y al ordenamiento institucional que de ellas se desprende. Debemos ser respetuosos de las autoridades, y también debemos cumplir con la legislación particular, como la ley del tránsito, por ejemplo. 

miércoles, 24 de junio de 2020

Tito 2:1


“Tú, en cambio, predica lo que está de acuerdo con la sana doctrina.”

Tito 2:1 NVI

 

Pablo advierte a Tito sobre la necesidad de predicar la sana doctrina. La advertencia se plantea en referencia a un grupo de hombres descritos como charlatanes y engañadores en el capítulo previo, los cuales engañaban a familias enteras enseñando lo que no se debe, con el propósito de obtener ganancias mal habidas (Ti 1:11).

 

No es aventurado decir que la manipulación doctrinal ha jugado un rol esencial en las crisis de la Iglesia a través de la historia. Después de todo, el modus operandi del enemigo ha sido siempre el mismo desde aquel lejano Génesis 3:1.

 

Tito 2:1, instrucción directa, clara, siempre vigente.





Cristo dio por mi sangre carmesí

  Yo confío en Jesús y salvado soy, por su muerte en la cruz, a la gloria voy.   Cristo dio por mí sangre carmesí, y por su muerte en la cru...