jueves, 25 de junio de 2020

Filipenses 2:19-21


Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado; pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros. Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.

 

Filipenses 2:19-21

 

Después de haber apelado al Cesar y de su posterior travesía por el Mediterráneo, Pablo estaba en reclusión domiciliaria en Roma a la espera de ser recibido por Nerón. En este contexto escribía la carta a los Filipenses, iglesia que había fundado en su segundo viaje misionero. En su día a día Pablo recibía visitas tanto de judíos como de cristianos y les predicaba el Evangelio.

 

El apóstol planeaba enviar a Timoteo a Filipo para apoyar esa congregación. Timoteo mostraba un sincero amor por los hermanos, lo cual es expresión de alguien que realmente ama a Dios (1ª Jn 2:9). El Señor realza en varios pasajes del NT la sinceridad del amor y de la fe, exhorta a que sean sin fingimiento. En Mateo 23 el Señor Jesucristo es muy severo con los Fariseos, y entre las principales acusaciones destaca la hipocresía.

 

Al parecer sólo Timoteo era apto para ser enviado, ya que compartía el sentir de Pablo y tenía un interés sincero por los hermanos. Se infiere que los demás no eran del todo sinceros en su amor y preocupación por los hermanos, el texto agrega que buscaban lo “suyo propio”, algo así como “satisfacer sus propios intereses” (LBLA). Para ellos la persona de Cristo sólo era un “medio” para resolver problemas más concretos, tenían una relación funcional con Dios. Buscaban a Cristo no por el valor que él tiene en si mismo, sino por los beneficios que su poder podría otorgar.

 

Volvamos al siglo XXI, la pregunta queda instalada. ¿El Señor Jesucristo es la finalidad de tu vida o es sólo un “medio” para conseguir salud, felicidad, un matrimonio saludable o un ascenso laboral? ¿asistes a una iglesia para que Dios responda tus peticiones o estás en la iglesia para glorificar a Cristo no importando la adversidad? 

 

El cristiano genuino es el que logra hallar plena satisfacción en el Señor y no requiere nada fuera de él, es el que puede afirmar junto a Pablo: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Fil 1:21)

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